Todo lo que está hecho por el hombre es resultado de la acción emprendedora. El desarrollo de un país y su progreso resultan de una larga y continua cadena de actos de emprendimiento, entrelazados, que van conformando capas y capas de servicios, productos, soluciones de problemas, avances tecnológicos, sobre los cuales podemos sustentar la calidad de vida a la que todos aspiramos. Así de relevante y primordial es el emprendimiento.
El ciudadano, a través de su acción emprendedora, participa en la creación de bienes y servicios para la sociedad. Mientras más ciudadanos tengan acceso al emprendimiento, mientras menos complejo sea emprender, mientras más probabilidad de éxito tenga cada emprendedor y emprendimiento, mejor calidad de vida tendrá un país.
Pero paradójicamente, hoy no son tantas las personas que emprenden, lo hace una minoría. De esta, pocos, muy pocos emprendedores o emprendedoras, logran llegar a niveles de auto-sustentabilidad. Menos aún, van más allá y logran tener un impacto relevante en su entorno. Lo que estamos viendo es abrumadoramente revelador: 1) Emprender es raro: muy pero muy pocos emprenden; y 2) Emprender es difícil: de quienes lo hacen, muy pocos logran conformar empresas efectivamente sustentables.
¿Qué pasaría si lográramos que muchas más personas emprendieran, y además que gran cantidad llegara a superar las fases de sustentabilidad? El resultado es claro: ¡La creación de valor se multiplicaría! ¡La calidad de vida aumentaría, para todos! Frente al hecho o percepción de que emprender es raro, debe aumentarse la cantidad de emprendedores, con el incentivo del estado, brindado la orientación debida para lograr el inicio de un plan de negocio que sea durable en el tiempo, bajo estos esquemas en el que se ponga en practica los principios de la Administración – Gerencia y Liderazgo con la corresponsabilidad en la re-inversion y distribución de las utilidades en el funcionamiento de la empresa y el crecimiento de su gente.
En Venezuela emprender es un riego para muchos, por ello muy pocos hoy día de atreven a dar el salto el mundo del emprendimiento empresarial, pero todos podemos emprender, avanzar dentro del mar de oportunidades que se abren cada día por la ineficiencia de los entes públicos o por la brechas existentes en los mercados por la insuficiente oferta agregada en la cual el rol de la innovación permite la creación de valor en los distintos sectores de la economía nacional.
El emprendedor debe contar con las destrezas para la formación del plan de negocio o por lo menos buscar la ayuda pertinente a los efectos de que su idea innovadora se le pueda sacar el provecho y darle los incentivos pertinentes, esto implica que se debe ampliar la red de organizaciones privadas y publicas que brinden el apoyo requerido al emprendimiento.
Los proyectos deben ser evaluados y financiados, ya que no todos los emprendedores cuantan con los recursos financieros para llevar a cabo el proyecto o su idea de innovación en el sector especifico que corresponda, para esto el aporte del estado es vital, ya que es una forma de hacer crecer la economía, generar empleo, crear valor agregado nacional, satisfacer demandas insatisfechas por las actuales carencias de nuestro sistema productivo e incluso cambiar las viejas estructuras del estado mediante la simplificación de los procesos administrativos.
El rol del emprender en la actualidad va de la mando de la innovación en la producción, como sabemos países desarrollados han tenido sus frutos mediante la innovación que no es solo de los entes del estado sino de todos los sectores de la economía, se dieron cuenta que en la innovación y el emprendimiento conseguirían el aumento sostenido de la producción y la generación de empleos lo que repercutiría directamente en el aumento de su PIB y el aumento de los ingresos per/capita, buscando en el crecimiento económico, mayor producción, mayores ingresos y satisfacción interna de la demanda interna.
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